jueves, 22 de julio de 2010

ayyy

La etapa llegó. Ahora que puedes caminar, medio hablar y muchas cosas más, te aprovechas y haces tu voluntad.
Claro, tu padre tiene mucha culpa, pues si le dices brinca, brinca, si le dices late, te da un chocolate y todo lo que tu le pides, te concede.
A tus dos años, sabes muy bien aprovechar este privilegio y entonces te conviertes en un torbellino, vas, vienes, comes, juegas, brincas, pegas, ayyyyyyyyyyy.
Juro hija que te amo, pero cansas que dan ganas de llorar.

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